miércoles, 4 de noviembre de 2009

Robin de los bosques (1938) *****


Impresiona la programación cinematográfica en sesión de madrugada de La 2. Grandes clásicos de la historia del cine. Lástima de horario que no puedan disfrutarla más público. Con los generalizados bodrios proyectados en la matiné de tarde. Inexplicable. ¿Quién puede resistirse a ver Robin de los bosques pese al trasnoche? El mejor film de aventuras de todos los tiempos dirigido por Michael Curtiz que teletransporta a la niñez. Excelente y colorista ambientación con magníficos decorados y preciosa vestimenta, inmejorables parajes en la localización de exteriores, magistral banda sonara acorde con el ritmo escénico, acertada elección y brillantísima interpretación de los actores, Curtiz se sirvió de la enemistad en la vida real entre Errol Flynn (Robin Hood) y Basil Rathbone (Sir Guy of Gisbourne) para sacar más jugo en las escenas en las que se enfrentaban... Y qué escenas, la iniciática en la que el príncipe Juan (Claude Rains) golpea la copa de vino anunciando el derramamiento de sangre que se avecina. La osada presentación de Robin ante los caballeros normandos seguidores de los usurpadores planes del príncipe, la proclamada fidelidad al rey Ricardo ausente en las Cruzadas y el llamamiento a los sajones a la rebeldía ante las vilezas y crueldades a las que son sometidos. Las pícaras captaciones de Little John (Alan Hale) y Friar Truck (Eugene Pallette) para su ejército de proscritos. El cortejo y adulación a la bellísima princesa normanda Maid Marian (Olivia de Havilland) pretendida por sir Guy. El pillaje contra los poderosos en el bosque de Sherwood repartiendo el botín entre los más necesitados. El campeonato de arqueros para los mejores de Inglaterra. Los copiosos y opíparos banquetes que transcurren durante el film abren el apetito a cualquiera... Una película para disfrutar una y otra vez, aunque sea a altas horas de la madrugada y robándole tiempo al sueño.

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