El Studio Ghibli vuelve a soprender con una maravillosa producción animada del director Hayao Miyazaki (La princesa Mononoke, 1997) destinada a todos los públicos, no sólo a niños, como demuestra el Oso de oro de Berlín en 2002 a la mejor película. Chihiro es una niña enfadada al mudar de ciudad con sus padres y dejar atrás amistades. Camino del nuevo hogar, la familia se extravía parando en un abandonado parque temático que al caer el sol cobra vida con millones de dioses y seres no humanos que visitan una casa de baños para lavarse, enjabonarse, desinfectarse y relajarse. Chihiro, con la ayuda de Haku, un joven que trabaja en el local, deberá emplear todas sus fuerzas y superar innumerables retos para salvar a sus padres del hechizo que la bruja Yubaba, propietaria de los baños, les ha lanzado por intrusos convirtiéndoles en grotescos cerdos.
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