Pléyade de artistas famosos para esta gran producción dirigida por Oliver Stone que profundiza en las interioridades del mundo del fútbol americano a partir de un equipo ficticio presidido por la fría y calculadora Christina Pagniacci (Cameron Diaz), los Miami Sharks y en la que se critica la evolución que sufre este deporte desde la posición romántica del veterano manager Tony D'Amato (Al Pacino) y su secuaz, el entrenador de defensas Montezuma Monroe (Jim Brown) añorante de tiempos pasados en los que primaba exclusivamente los intereses deportivos, a las corruptelas en las que se ve envuelto en la actualidad que han viciado su inicial pureza con la intromisión de agentes externos políticos en las relaciones de las franquicias con los ayuntamientos con presiones tanto de un lado como de otro, en busca de la obtención de mayores beneficios. Donde prima el negocio antes que los intereses deportivos o humanos y un jugador en busca de contratos multimillonarios que le permitan llevar una vida de lujo y fama prefieren el interés particular al colectivo o no le importa poner en riesgo su propio vida, con el abuso de analgésicos y anabolizantes, en pos de la consecución de determinados objetivos que le permitan la renovación de los mismos, o un veterano quatterback, muy cascado física y psicológicamente, por los golpes recibidos durante tantas temporadas, se resiste a abandonar presionado por su altiva mujer, deseosa de continuar en la cima, pese a ser perjudicial para su marido . Muy interesante película que nos desvela la basura que circula en estos días en el mundo profesional del fútbol americano en particular, pero podría valer como muestra de cualquier deporte de elite en general. Un confuso inicial metraje con tanto vaivén de cámara pretendiente de dar dinamismo a las imágenes del partido y una excesiva duración no terminan de despertar el interés que tan atractiva tema debería.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario